
Los datos se desprenden de un relevamiento llevado adelante por la consultora Indaga, que conduce el especialista Claudio Righes. En todos los casos, abuelos y abuelas necesitan ayuda externa para llegar a fin de mes.
Sólo el 16 por ciento de las personas que integran el sector de adultos mayores en Ituzaingó y que percibe la jubilación mínima realiza las cuatro comidas diarias. Los datos surgen de un relevamiento que llevó a cabo entre el 4 y el 8 de septiembre la consultora Indaga, cuyo director es el especialista en consumo Claudio Righes, sobre un universo de 400 casos efectivos a través de llamadas telefónicas.
Todos los consultados para el muestreo respondieron que no llegan a fin de mes con el dinero que perciben como salario jubilatorio, que está en el orden de los $12.937. Una respuesta común hombres y mujeres entrados en edad y que trabajaron toda su vida necesitan de “ayuda externa” para poder completar el calendario hasta volver a cobrar. Ya sea de familiares, organizaciones o hasta de vecinos, la contribución es indispensable en un 98% de los casos.
Una gran mayoría de los entrevistados también respondió que fue necesario reducir la ingesta de algún medicamento por cuestiones económicas. El 79% contestó uno; el 11% dos y el 9% tres tipos de remedios de los que consumía y que el PAMI le otorgaba gratuitamente. Cuando debió pagarlo tuvo que abandonarlo, algo que implica un retraso o directamente postergación de tratamientos.
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Para finalizar, el trabajo revela que el 71% de los abuelos y las abuelas de Ituzaingó contestó que no pueden hacer frente a las responsabilidades de la vida cotidiana. “Esto es sentirse humillado y avergonzado, lo que se traduce en estados depresivos”, concluyó Righes.