Son casi 400 los hombres y mujeres afectados por la situación de falta de pago por parte de la Clínica Constituyentes de Morón. Todos ellos viven exclusivamente de este trabajo y no cuentan con lo mínimo indispensable para vivir. Pese a la situación crítica que atraviesa, el centro de salud sigue funcionando, brindando atención en guardia clínica y especialidades, aunque carece de un servicio esencial como es la terapia intensiva.
La toma involucra a los trabajadores de enfermería, limpieza, personal administrativo, técnicos de imágenes y laboratorio. Los médicos están en otra situación, ya que, si bien también registran atrasos a la hora de percibir sus sueldos, la mayoría trabajan también en otros establecimientos médicos y no dependen solamente de este salario.
Nicolás Jarouge, delegado de la Clínica Constituyentes, en diálogo con Primer Plano Online repasó el cuadro de situación que llevó a los trabajadores a decidir esta medida extrema. “Ante imposibilidad cierta de no hacerse cargo de muchas cosas, la clínica pidió una tregua de 30 días que los trabajadores aprobaron en asamblea, lo que no hizo más que generar diferencias internas porque quedó demostrado que esta gente no solo no nos paga, sino que nos maltrata”.
Si bien el conflicto por el cobro de sueldos en tiempo y forma lleva al menos dos años y nunca terminó de resolverse del todo, el representante gremial detalla que en el último mes los trabajadores percibieron una miseria en concepto salarial: el 23 de diciembre les depositaron 30 mil pesos en cada una de sus cuentas y recién un mes después, el lunes pasado, empezaron a depositarles otros 20 mil. “Nos están llevando a una situación de miserabilidad insostenible, hasta de burla diría”, expresó Jarouge.
Hace algunos años la Clínica Constituyentes de Morón supo ser un emblema del oeste, pero la administración fraudulenta por peleas que se sucedieron en la familia Piccinín promovió el vaciamiento. En la actualidad el centro de salud está gerenciado por la empresa Nextmedici cuyas caras visibles son Luis Videla y Ramiro Britos. “Lo que para nosotros es un servicio fundamental, para ellos es un negocio”, sentencia el delegado.
La difícil realidad que atraviesan los trabajadores los llevó a tomar la drástica determinación de iniciar la toma que comenzará el próximo lunes 30 de enero de 7 a 21 y que tienen pensado ratificar en una asamblea que tendrá lugar este viernes.
En un comunicado interno, los responsables de la medida expresaron: “Sabemos que se trata de una jornada extensa y extenuante, por lo que debemos tomar conciencia que defender nuestros derechos ignorando la realidad por la que nos obligan a transitar es provocar que degrademos nuestra dignidad y a sabiendas que cada información dada, es un relato más que se desvanece a las horas”.
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Y finaliza: “Es una decisión que a muchos espanta, pero es mejor pelearla que permanecer inmóviles. Ayudemos a provocar una modificación en este curso que nos lleva a más miseria”.
