
El juicio por el crimen del cajero del Banco Nación Germán Chávez Torrez empieza a ingresar en una etapa decisiva. Como en cada una de las audiencias, Primer Plano Online es el único medio presente dando cobertura a las deliberaciones con la finalidad de contar a sus lectores cada uno de los detalles que se ventilan ante la mirada de Reynaldo y Trinidad, papá y mamá de la víctima del sangriento episodio ocurrido el viernes 31 de enero de 2020.
En esta ocasión, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 3 de San Martin, conformado por su presidente, Walter Antonio Venditti, por el juez Esteban Rodríguez Eggers y por la jueza Nada Flores Vega, convocó a declarar a David José Cominelli, el policía de la Federal que se encontraba en la entidad bancaria en el momento del atraco.
El agente fue quien se tiroteó con los delincuentes cuando se iban y estaba listos para subir al auto, aunque un tropiezo fortuito le salvó la vida: es que, tras caer al piso llegó la ráfaga de entre 15 y 20 balazos que destrozó por completo los vidrios de ingreso a la sucursal bancaria.
Según su relato, aquella mañana había concurrido al banco para hacer un reclamo porque tenía un problema con su tarjeta de débito. Mientras estaba siendo atendido en un box ubicado a corta distancia de la puerta de ingreso escuchó gritos en la entrada y, al darse vuelta, vio cómo los ladrones accedieron al lugar con armas en mano. De inmediato acató la orden de sentarse en el piso con las manos en alto.
En su exposición Cominelli narró que eran tres los malvivientes que irrumpieron en la entidad financiera: “dos de ellos se dirigieron a la línea de cajas y un tercero se quedó en el ingreso al banco apuntándonos y amenazando a todos los que quedamos en ese sector”, precisó. A los pocos segundos escuchó gritos de afuera diciendo ‘tiempo, tiempo’, y golpes en el vidrio. En ese momento sucedieron los disparos en la zona de caja, que no alcanzó a recordar si fueron cuatro o cinco.
Al escuchar los tiros y los gritos en esa zona, el ladrón que los estaba apuntando se dirigió al área de cajas con su arma empuñada con la mano izquierda y el que hacía de campana desde la calle marcando el tiempo pasó a ocupar ese lugar. En un destello observó que los delincuentes salieron de ese sector y se dirigieron hacia donde estaban él junto a otros clientes y empleados, es decir la salida.
“Uno de ellos se arrastraba y su cómplice lo levantó. Se volvió a caer y se le desprendieron de sus bolsillos billetes de $1000 que luego quedaron desparramados por el piso. Al pasar por al lado mío, el herido me miró y gritó ‘es poli, mátalo, mátalo’, a lo cual les respondí que yo no era policía”, narró Cominelli.
Después de ese momento de extrema tensión, y cuando los delincuentes ya estaban afuera del banco, tomó su arma y disparó cuatro veces tras gritarles “alto, policía”. Pero sacó cuentas y reflexionó que un tiroteo iba a ser insostenible por el armamento con el que contaba la banda. De hecho, retrocedió, se tropezó y cayó y ahí llegó la cantidad de entre 15 y 20 tiros de los asaltantes que destrozaron los vidrios de la sucursal.
Al escuchar cómo el auto salía arando se incorporó, salió a la vereda y se encontró una bolsa de consorcio negra con dinero y varios billetes tirados en la calle. Eran pesos y dólares que no se pudieron llevar. El Federal también señaló ante el tribunal que no pudo identificar a nadie porque tenían sus rostros tapados. Sus dichos coincidieron con el resto de los testimonios recopilados a lo largo del juicio y con las imágenes observadas en los videos proyectados.
El único misterio que quedó flotando en el aire tras su declaración fue un detalle que contó casi al final. Cuando salió a la vereda se encontró con un civil, arma en mano y en actitud de guardarla en una riñonera. Nunca supo quién era, a pesar que en la cámara exterior del banco a esa persona se la observa también. “Nunca supe quién es y qué hacía con un arma en la mano en la vereda”, cerró Cominelli.
LA ACUSACIÓN A LA BANDA

Según la instrucción del caso, están acusadas de integrar la banda criminal las siguientes personas, que deberán responder por varios delitos en sumatoria:
–Norberto Manuel Salinas y Lucas Fernando Delgado están imputados de coautores de robo agravado por el empleo de arma de fuego y por haber sido cometido en poblado y en banda, homicidio doblemente agravado con alevosía criminis causae, resistencia a la autoridad, encubrimiento agravado por el ánimo de lucro en cuatro hechos y asociación ilícita. Es decir, para la justicia son quienes ingresaron con ‘Aceite’ a ejecutar el golpe en la sucursal bancaria.
–Solange Díaz, Sergio Poggi, Alejandra Carnevale y Ayelén González enfrentan cargos por encubrimiento por favorecimiento personal, agravado por ser el hecho precedente un delito especialmente grave (homicidio y robo agravado) y en el caso de Díaz doblemente agravado por ser, al momento del crimen, integrante de la Policía de la Ciudad Autónoma da Buenos Aires. En el caso de González también está acusada por la tenencia ilegítima de un Documento Nacional de Identidad ajeno, mientras que Carnevale por tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil. Es decir, le dieron soporte logístico a la organización delictiva.
Cabe recordar que el principal sospechoso de haber gatillado contra el cajero era Alberto Manuel Feijo, conocido como ‘Aceite’ o ‘Aceituna’, quien murió el 23 de febrero de este año tras tirotearse con una comitiva policial que lo fue a detener en Florencio Varela, en donde se refugiaba para mantenerse prófugo de la justicia.

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