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viernes, marzo 29, 2024
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Denuncias cruzadas, paranoia y hartazgo: secretos detrás de la disolución de una Fiscalía en Morón

Una funcionaria que despierta amor y odio en la familia judicial del Departamento Judicial Morón casi en idénticas proporciones es la protagonista de esta historia que reúne denuncias cruzadas, el extraño concepto de paranoia y que colmó la paciencia del jefe de los fiscales, Federico Nieva Woodgate. Se trata de la fiscal Claudia Fernández, quién durante varios años estuvo al frente de la UFI Nº 9 dedicada específicamente al narcotráfico, narcomenudeo y trata de personas. En un contexto de muchísimo hermetismo, Primer Plano Online pudo reconstruir la historia consultando a varias fuentes del riñón judicial.

Por disposición del fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate, la Fiscalía Nº 12 no existe más. Hay una resolución firmada que establece que la fiscal Claudia Fernández pasará a ocupar una suerte de nexo entre las dos Fiscalías de Género del Departamento Judicial, que son las UFIS 10 y 11, en una determinación que pegó fuerte en la interna tribunalicia. Es que la funcionaria desplazada cultiva una muy buena relación con el poder político de la región oeste debido a su trabajo ligado a temas vinculados al narcotráfico. Varios funcionarios políticos rescatan su siempre buena predisposición a las investigaciones y al trabajo en conjunto. De todos modos, nadie en el ambiente judicial local alzó la voz en defensa de la desplazada.

Ahora, Fernández será un nexo entre la Fiscalía Nº 10, integrada por Paula Hondeville, Hernán Moyano y Florencia Di Sciascio, y de la Nº 11, cuyos miembros son Marcela D’ascençao, Pablo Masferrer y Alejandra Bonini. Su nuevo despacho está ubicado en planta baja, y tendrá como misión abocarse a casos de flagrancia, con participación en algunas audiencias. Le fue asignada una auxiliar letrada para asistirla y lo prometieron que cuando las Fiscalías de Género se trasladen a un edificio de calle San Martín, en el centro de Morón, tendrá un lugar de trabajo más acorde que el que le tocó esta semana.

Fiscal Claudia Fernández
La fiscal Fernández junto al ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, y al jefe de la Policía, Fabián Perroni

Fuentes judiciales se empeñaron en resaltar a Primer Plano Online que la decisión de Nieva Woodgate está dentro de sus atribuciones como jefe de los fiscales en Morón. Y que en Fernández recayó la función como nexo o fiscal volante, porque las dos Fiscalías de Género están saturadas de trabajo. El fiscal general utilizó esta carta -en rigor, una figura poco conocida- para cortar por lo sano una relación de trabajo que se conocía como “muy conflictiva” entre la fiscal Fernández y un grupo de funcionarios de su propia órbita. Según narraron fuentes judiciales a este medio, el fiscal general “se cansó” y firmó la resolución para descomprimir una situación que “no daba para más”. Así, pasó a cuarteles de invierno a una mujer que supo tener alta exposición.

Tan tensa era la situación interna en la Fiscalía Nº 9 que la propia Fernández llegó a denunciar penalmente a un funcionario suyo por supuesto mal desempeño y amenazas, pero lo llamativo es que se trata de un hombre de “una conducta intachable”, definieron quienes conocen las internas del poder en los pasillos judiciales. Además, a otra funcionaria de la dependencia le pidió el traslado.

Lo que alegó la fiscal en su denuncia contra el funcionario es que, en la toma de declaración en una causa por drogas, omitió incorporar que Fernández fue amenazada por la abogada del imputado. Y que luego fue el propio funcionario, en el marco de la misma investigación, quien había amenazado a la fiscal. Incluso lo vinculó con una abogada defensora de personas involucradas en causas por venta de estupefacientes.

El fiscal general dispuso unificar las dos Fiscalías de drogas en una sola. Además de la Nº 9, la otra dependencia dedicada al combate del narcotráfico era la Fiscalía Nº 12, y quien continuará a cargo del tema será el fiscal Horacio Vázquez unificado en la que antes conducía Fernández. Ese organismo absorbió el trabajo de ambas estructuras y también el personal, que son cerca de 20 funcionarios.

Lo pintoresco de esta situación es que la abogada que según la fiscal Fernández la amenazó en un par de audiencias es Julieta Estefanía Bonanno, detenida desde la semana pasada en Ituzaingó por su vinculación con un doble crimen narco ocurrido en Belgrano. En rigor, según supo Primer Plano Online, fue la letrada quien primero denunció a la fiscal por amenazas, entre otros temas, y Nieva Woodgate trasladó esa denuncia a la Procuración General de la Provincia de Buenos Aires, que dispuso que la justicia de La Matanza investigue esa causa. Eso fue en diciembre pasado.

Abogada detenida en Ituzaingó
La abogada Julieta Bonanno fue detenida bajo la sospecha de que pudo haber actuado como entregadora en el doble crimen narco de Belgrano

A los pocos meses llegó una contradenuncia pero al revés. Fue Fernández quien realizó la presentación judicial en contra de Bonanno y también por amenazas, según una investigación que recayó en la UFI Nº 4, a cargo de Valeria Courtade. A todo esto, la fiscal Fernández solicitó el refuerzo de su custodia personal cuando denunció a su funcionario por la supuesta intimidación y a la abogada.

Algunos colegas suyos sostienen en voz baja y en estricto off que son frecuentes las actitudes “de paranoia” de Claudia Fernández y de malos tratos hacia el personal que trabaja junto a ella. Pero ahora, con estos cambios que informa Primer Plano Online en detalle, su nivel de exposición bajará notablemente.

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