
Hay una coincidencia generalizada entre las autoridades sanitarias. Si bien la baja de casos en el área metropolitana es notoria, las alarmas permanecen encendidas porque la pandemia no terminó. Así, la apelación a los cuidados individuales se sostiene ante cualquier micrófono o cámara se ponga por delante.
“Todos estamos muy esperanzados con la vacuna, pero todavía no está. Han surgido algunas dificultades y, así la tuviéramos, la logística para una vacunación masiva lleva tiempo. Creo que esa cercanía juega en contra”, reflexionó Ricardo Pardo, secretario de Salud de Ituzaingó, en conversación con Adrián Noriega en la emisión semanal del programa periodístico Primer Plano.
En ese distrito, la curva atraviesa un franco descenso, lento como en el resto del conurbano. La tasa de letalidad se ubica en el 3,70%, con 5934 personas diagnosticadas con coronavirus, de las cuales 5008 ya recibieron el alta médica, y 268 fallecidas.
Ituzaingó también está en la línea considerada media en cuanto al riesgo epidemiológico, por lo que autoridades locales y regionales estudian la posibilidad de autorizar actividades recreativas, culturales y deportivas para estudiantes de los últimos años de primaria y secundaria.
“El descenso lento pero constante (de contagios) es alentador, por un lado, pero también se encienden alarmas constantemente. Todavía estamos en pañales en cuanto a cómo actúa este virus”, agregó Pardo, quien también pidió a la población “no relajarse” con las medidas sanitarias de cuidado, como el uso del tapabocas y nariz, el distanciamiento social, el uso de alcohol en gel y el lavado de manos.