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viernes, marzo 29, 2024
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Detalles de la investigación que terminó con la condena al pedófilo que abusó de su nieta en Hurlingham

“Este caso particular se pudo descubrir gracias a la tecnología, porque hubiese sido uno de los muchos que las víctimas cuentan cuando son adultas”.

El fiscal Claudio Oviedo, quien junto a su colega Marisa Monti conducen la Fiscalía Nº 5 del Departamento Judicial Morón y llevan adelante las investigaciones vinculadas a delitos informáticos, describió así la manera en la que llegaron a descubrir cómo operaba el mecánico pedófilo de Hurlingham que abusó de la nieta de su pareja, de apenas seis años de edad, filmó las vejaciones y compartió ese material por redes sociales.

Los hechos ocurrieron entre septiembre y diciembre de 2020 en el interior de una vivienda ubicada en la calle Aconcagua al 1900 del mencionado distrito, en donde Adrián Graff convivía con la nena. Los hechos fueron puestos de relieve tras un alerta internacional hecho por el gigante Google, que reveló a las autoridades que desde una cuenta de la empresa se había almacenado material de abusos sexuales explícitos de los que era víctima una menor.

La tecnología juega un rol fundamental, porque aporta toda la prueba. Este imputado filmaba los abusos, los guardaba en su teléfono confiado en que allí estaban bien, pero las políticas de privacidad de Google, como el resto de las compañías, tienen compromisos muy fuertes con la erradicación de los discursos de odio, de actos de terrorismo y de abusos sexuales infantiles. Y fue denunciado de inmediato”, detalló Oviedo en diálogo con Adrián Noriega en la emisión semanal del programa periodístico Primer Plano por el canal Somos, de Flow.

Como informó Primer Plano Online, aquel reporte llegado a la Argentina desde Estados Unidos dio origen al operativo conocido como ‘Noche de Paz’ en la Navidad de 2020, que finalizó con la detención de Graff y el secuestro de los instrumentos en los que almacenaba las imágenes.

Con esas evidencias y la propia confesión del acusado, el Tribunal Oral Criminal Nº 5 de Morón, integrado por los jueces Carlos Roberto Torti, Rodolfo Castañares y la jueza Julia de la Llana, lo condenó a la pena de doce años de prisión por considerarlo autor de una sumatoria de delitos, entre los que se encuentran el abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por ser la víctima menor de 13 años y de su entorno familiar, producción de imágenes sexuales, tenencia y distribución de ese material.

“ES UN DELITO COMPARTIR ESTAS IMÁGENES Y TENERLAS TAMBIÉN”

En la entrevista, el fiscal Oviedo también se refirió a un delito cuya concientización todavía tiene mucho terreno por recorrer: el compartir desde el celular o cualquier otro dispositivo y por diversas aplicaciones imágenes de este contenido mal llamado como de pornografía infantil, porque un niño o una niña jamás puede consentir actividades sexuales.

“En el Código Penal hay tres supuestos que son bien claros en cuando una persona comete delito teniendo un objeto. Uno es cuando tiene estupefacientes; el otro es tener un arma, sea civil o de guerra sin la debida autorización; y tener y distribuir imágenes de abusos sexuales infantiles”, enfatizó Oviedo.

En la condena a Graff, asimismo, hubo un capítulo tanto o más contundente como la prueba en su contra, que abre un nuevo panorama en la persecución de este tipo de depredadores sexuales cibernéticos: es la figura de corrupción de menores agravada, es decir, el tribunal consideró que semejante aberración a la que fue sometida la nena influirá en el normal desarrollo de la sexualidad de la víctima.

Fue la mamá de la nena quien había reconocido a su hija como la menor abusada en los videos al detectar ropa de su pertenencia, un oso de peluche y una mochila. La contundencia que había en su contra llevó a Graff a pedir perdón en el juicio. “Estoy muy arrepentido tengo mucha vergüenza por lo sucedido”, señaló en el debate. Y, sobre la víctima, remató: “la quería y la sigo queriendo como mi nieta”.

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