
La segunda noticia lamentable en la mañana de hoy sobre hechos de tránsito que se llevan vidas inocentes llegó desde La Plata. Es que, en fallo dividido, la Sala V del Tribunal de Casación Penal bonaerense ratificó la condena por homicidio culposo en contra de Gastón Alcaraz, el ex efectivo de la Policía bonaerense que embistió al vehículo en el que viajaban Leticia Baracchini y su hija Julia Lanata, de 4 años, y les provocó la muerte. El conductor se trasladaba a contramano, alcoholizado, sin luces y a más de 100 kilómetros por horas por una arteria de alta circulación como el Camino del Buen Ayre.

Según pudo saber Primer Plano On Line en base a fuentes judiciales, los jueces Martín Manuel Ordoqui y Jorge Hugo Celesia no estuvieron de acuerdo en el criterio y debieron convocar a un tercer magistrado para resolver si la calificación había sido correcta o era pasible de modificación. El tercer interviniente, Fernando Mancini, acompañó el voto de Celesia, que avaló el homicidio culposo. Ordoqui, que consideraba que la conducta de Alcaraz se debía analizar dentro de un homicidio simple con dolo eventual, por lo tanto, aumentar la pena, quedó en soledad.
El 6 de junio del año pasado, los jueces Marcos Lisa, Agustín Gossn y Carlos Torti, del Tribunal Oral Criminal (TOC) de Morón, aplicaron una pena de 5 años de prisión a Alcaraz por la tragedia que provocó, pese a que el fiscal del juicio, Marcelo Papavero, había solicitado una condena de 14 años por considerarlo responsable de un doble homicidio simple con dolo eventual y lesiones leves para los casos de Juan Martín y Joaquín Lanatta, esposo y padre de las víctimas fatales. La querella, en representación de la familia, había pedido 15 años por los idénticos motivos.

“Teníamos esperanza de que se haga justicia pero una vez más nos dieron la espalda. Estamos muy tristes”, sintetizó a Primer Plano On Line Raúl Baracchini, padre de Leticia y abuelo de Julia. Su hija murió en el acto luego de ser embestida y su nietita a las pocas horas en el centro de salud al que había sido derivada. Encima, ante semejante desastre, sigue considerando que no hubo justica. Es que, como en tantos otros casos, se impuso la mitad de la biblioteca jurídica que indica que en los hechos de tránsito es imposible probar la intención de matar de quien maneja.
