Van apenas seis meses del nuevo escenario político a nivel nacional, provincial y municipal pero en Morón los motores ya están encendidos. Es que a mediados del año que viene, el intendente Ramiro Tagliaferro pondrá por primera vez a consideración de los vecinos su gestión en el municipio y serán los moronenses quienes respalden o castiguen el rumbo asumido.
Si bien las legislativas sirven para renovar la mitad del Concejo Deliberante y en idéntica proporción el Consejo Escolar, allí los habitantes del distrito expresan, a través del voto, su nivel de conformismo con la administración local. Y la pelea política pasará por la ansiedad del Frente para la Victoria en posicionarse para volver al poder en 2019 y de Tagliaferro por afianzar su gobernabilidad, ya que hoy cuenta con un deliberativo fragmentado en tercios: 8 ediles propios, 7 del Frente Renovador, 1 del socialismo y otros 8 del kirchnerismo. Como hace ya algunos años, el massismo es la tercera fuerza en discordia.
Son varios los nombres a los que se les agota el mandato. Por caso, Hernán Sabbatella, otrora hombre fuerte en la gestión que condujo Lucas Ghi hasta el pasado 10 de diciembre. Consultados por Adrián Noriega en el programa Primer Plano, Sabbatella aseguró que aceptaría ser nuevamente candidato “si la fuerza política a la que pertenezco me lo propone”. Y, a modo de chicana, Tagliaferro le retrucó: “A mí con Sabbatella me fue muy bien, le gané las dos veces que jugamos. Así que me siento muy cómodo”, tiró.
