Inspectores de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires detectaron durante la madrugada la realización de una fiesta clandestina en un bar de Fitz Roy al 1600, en Palermo, y se desató el escándalo.
Primero convocaron a la Policía para clausurar el local gastronómico, ante la resistencia de las personas que estaban en el lugar. Al llegar, los agentes fueron recibidos de manera hostil, aunque rápidamente la actitud cesó: en el lugar había 85 personas.
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“Sonaba la música fuerte y se escuchaba el bullicio de personas”, precisaron fuentes policiales a Primer Plano Online. Los uniformados constataron que en el interior del comercio gastronómico “había personas escondidas en distintos ambientes del lugar como el patio, la terraza, los baños y una habitación del primer piso”, agregaron las fuentes.
Consultado al respecto, el fiscal Maximiliano Vence dispuso la aprehensión del propietario del local, mientras los inspectores del gobierno porteño procedían a la clausura. Al sujeto le imputan la infracción a los artículos relacionados a violación del aislamiento y desobediencia a la autoridad (artículos 239 y 205 del Código Penal). Además, se procedió a identificar y notificar a los presentes por infracción al artículo 205. El funcionario judicial indagará hoy domingo al titular del establecimiento.