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jueves, marzo 28, 2024
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EXCLUSIVO Comenzó juicio por el asesinato de Alejo Ipuche: de qué acusan a los cuatro imputados

EXCLUSIVO DE PRIMER PLANO ONLINE: comenzó el juicio por el crimen de Alejo Ipuche, el joven vecino de Ituzaingó asesinado por motochorros en San Antonio de Padua en la madrugada del 2 de enero de 2020, cuando se dirigía a la casa de una amiga. Como es costumbre, este medio asistió al debate y cuenta con detalles todo lo que se ventiló en la primera jornada que tuvo como destacado que uno de los acusados confesó haber estado en el lugar, aunque negó haber sido quien disparó el arma homicida, y la mamá del muchacho ultimado reveló detalles de la investigación que realizó y que le permitió a la Policía detener al único prófugo que quedaba en el caso.

La audiencia se inició con la presencia de los cuatro imputados, ya que se unificaron dos causas: el robo seguido de homicidio de Alejo y un escruche a una vivienda en Ramos Mejía. En rigor, haber juntado ambos casos parte de la premisa posible de que los sujetos conformaban una organización delictiva. Por el crimen de Ipuche los sindicados como autores son Ignacio Nardi Pons y Gonzalo Aquino, aunque no es ajeno al expediente Facundo Barbieri, dueño de la casa de la que salió primero y luego fue hallada la moto en la que se movilizaban los asesinos del joven. El cuarto sentado en el banquillo es Marcos Ríos: no por el homicidio sino para determinar su vinculación a la banda.

Los cuatro acusados: el de campera amarilla es Nardi, el siguiente Aquino, luego Ríos y por último Barbieri

El Tribunal Oral Criminal Nº 5 de Morón, presidido por el juez Marcos Lisa e integrado también por sus pares Julia de la Llana y Rodolfo Castañares, está a cargo del juicio. El fiscal es Horacio Vázquez. Alejandra Rombiola, mamá de la víctima fatal, es la particular damnificada, y el abogado representante de la querella es Hernán Rossi.

El primero en declarar en el debate fue Nardi Pons, quien se hizo cargo de participar del intento de robo de la moto de Ipuche pero no del homicidio. “Yo no fui quien disparó”, afirmó. Barbieri, por su parte, negó haber estado en el lugar del hecho y de haber participado. Sí reconoció que Nardi Pons vivía en su casa de Marcos Paz, donde fue hallada la moto usada para matar a Alejo. Hasta ese lugar se llegó mediante el trabajo realizado por el Centro de Monitoreo de Merlo, que permitió determinar el recorrido realizado por el rodado, tanto antes como después del ataque.

Los jueces Castañares y Lisa (en el centro) y la jueza De la Llana tienen a cargo el debate oral y público

Después llegó el tiempo del conmovedor relato de la mamá de Alejo. Rombiola recordó que la noche en que fue asesinado, su hijo había pasado por su casa de Ituzaingó a compartir un rato con ella. Es que la noche anterior había trabajado en tres turnos, al igual lo había hecho el 31 de diciembre, y luego de charlar un rato se marchó a la casa de un amigo. Reveló ante el tribunal cómo fue que se enteró del hecho: la Policía le informó a una hermana de ella, quien luego le transmitió lo sucedido.

En ese relato también detalló cómo fue su investigación paralela a la justicia para intentar dar con el prófugo en la causa, que era Aquino, arrestado en junio de 2020 tras medio año evadiendo a la justicia. Lo apresaron en un tambo de Punta Indio, donde se escondía desde poco después del crimen. El tribunal le preguntó a Rombiola detalles de la información que obtuvo y ella contó que fue a través de una página en la red social Facebook que creó para intentar esclarecer el hecho.

Ahí se contactó con ella una persona que es familiar del asesino buscado. Los jueces y la jueza le pidieron que diga el nombre y de quién se trataba y ella lo hizo, pese a su resistencia inicial en pos de proteger su identidad. Fue quien contó que el acusado se jactaba en reuniones familiares de haber burlado el allanamiento que se hizo en la casa de Barbieri, en Marcos Paz, en donde detuvieron a Nardi Pons.

También relucía sus bondades de cómo hizo desaparecer la campera que usó la noche del crimen, que tenía una característica saliente: un águila blanca, muy simple de reconocer. “Escuché que se iba a instalar trabajando en un tambo”, confesó la testigo. Es más: reveló que fue el padre de Aquino el que hizo desaparecer el arma homicida. Ese acusado era quien manejaba la moto con la que persiguieron a Ipuche. Otra cuestión que se supo es que esa persona que dio la información está amenazada por el padre del imputado.

Hernán Rossi, abogado de la mamá de Alejo Ipuche, y Horacio Vázquez, fiscal del juicio que se lleva a cabo en los Tribunales de Morón

La jornada inicial del juicio se completó con la declaración de tres policías que intervinieron en el procedimiento el día del crimen. El que dio más detalles fue Eduardo Mamani, perteneciente al Comando de Patrullas de Merlo. Recordó que esa noche circulaba en un móvil con una compañera por Rivadavia y Directorio cuando vio pasar dos motos, que eran la de Ipuche y la otra en la que viajaban los delincuentes en dirección al centro de la ciudad. Doblaron en la esquina, iban a proceder a identificarlos y a los 30 metros encontraron con uno de esos rodados caído, con quien creyeron era el conductor (tenía el casco puesto) alejándose de la moto, y el acompañante intentando levantarla.

En esas circunstancias, el sujeto vio a los agentes y les disparó. Ahí Mamani detuvo el móvil, se bajó y repelió el ataque con un disparo. Iniciaron la persecución por Rivadavia en dirección a Merlo, dieron aviso a otros móviles y a la altura del Coto otro patrullero intentó interceptar la moto, pero los delincuentes también los esquivaron. Luego los perdieron de vista. Al regresar a la escena se encontraron con que el muchacho que estaba caminando al lado de la moto era Alejo: estaba ensangrentado. Una ambulancia particular pasaba por allí, la frenaron y el médico estableció que Ipuche ya estaba muerto.

El último testigo de la jornada fue el empleado del Centro de Monitoreo del Municipio de Merlo, Nicolás Quinteros, clave en la investigación. Contó que estaba de turno aquel día frente a las pantallas y pudo observar gran parte del asesinato. “Vi cuando lo interceptan, cuando lo apuntan, cuando entrega la moto sin oponer resistencia y cuando cae al piso. En ese momento di aviso de la situación”, precisó.

Alejo Ipuche fue asesinado pese a que no se resistió al robo de su moto en San Antonio de Padua

Pero su gran trabajo, en rigor, fue hacer una recapitulación y seguimiento del lugar para donde escaparon y logró establecer el antes y después del crimen, hasta llegar a la casa de Barbieri en Marcos Paz. También reconstruyó hasta dónde los persiguió la Policía, y detectó la campera oscura con la mencionada águila que llevaba puesta uno de los asesinos. Allí quedó claro que fue el acompañante el que atacó a Alejo. Cuando la víctima empezó a caminar luego de haber entregado lo que tenía en su poder, como los atacantes no pudieron encender la moto le tiraron. Y lo mataron.

El operador pudo establecer que a la moto le faltaba un espejo, que era un rodado tipo enduro/cross, y hasta el detalle de que quien disparó tenía el arma empuñada con la mano izquierda. En la casa allanada en Marcos Paz en la que vivía Barbieri, además de la moto secuestrada, también encontraron varias patentes con pedido de secuestro, documentación de vehículos y varios celulares.

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