Dramático. Una familia de Ciudad Evita transita horas trágicas no sólo por la muerte de un familiar sino porque no puede darle el último adiós. Se trata del caso de Sandra Ávalos, una mujer de 41 años que murió el sábado a la madrugada en el Hospital Muñiz, de Capital Federal, tras dos paros cardíacos. Pero cuando su familia fue a retirar el cuerpo no era el de ella sino el que otra mujer, que había perdido la vida por tuberculosis. Como indica el protocolo, el velatorio de esa segunda fallecida debía realizarse a cajón cerrado, y ahí comenzó una secuencia verdaderamente imposible de aceptar.
“Mi hermana tenía un turno para hacerse un ecodopler, pero el jueves 4 la atendieron por guardia y le dijeron a mi mamá que la dejaban internada porque no estaba bien. Quedó en terapia y el sábado a las 4 de la madrugada hizo un paro, del cual pudo salir. Pero al rato hizo un segundo paro y no la pudieron sacar”, le contó Mónica a Primer Plano Online.
La hermana de la protagonista del fatídico episodio continuó su relato. “Me llamaron a las 5 de la mañana para decirnos que vengamos a las 8 a reconocer el cuerpo. Ahí la médica nos informó lo que había pasado y que vayamos a la administración para hacer los trámites. Tuvimos que autorizar el traslado a provincia y nos mandaron al cementerio de la Chacarita, pero cuando llegamos era tarde y nos dijeron que eso lo podía hacer la cochería”, agregó.
Pero el impacto de la noticia llegó ayer domingo, cuando otra hermana de Sandra fue a la morgue del hospital a retirar el cuerpo con la empresa funeraria. “Le dijeron que tenía que esperar porque los cadáveres no estaban rotulados. Pero mi hermana pidió que apuren el trámite y los trabajadores le mostraron un cuerpo que no era el de Sandra”, explicó Mónica.
En ese momento desde la morgue reconocieron que se habían mandado “una cagada muy grande” y que le habían dado los restos mortales de Sandra a otra familia, que ya lo había enterrado en el cementerio de Monte Grande. Lo velaron a cajón cerrado por la tuberculosis y nadie se percató de que no era el ser querido correspondiente.
“En el hospital nos dijeron que hagamos la denuncia. Lo hicimos y tomó el caso el fiscal de turno, pero como hay que exhumar el cuerpo eso se va a poder hacer recién el miércoles. Y es un drama esto, queremos que lo hagan cuanto antes”, cerró Mónica. Sandra tiene una hija de 19 años que espera por darle el último adiós.