“¿La querés todavía?”, preguntó Diego Armando Maradona. “La quiero más que nunca”, respondió Daniel Arcucci, periodista de la revista El Gráfico, que cubría el Mundial 1994 en Estados Unidos.
El diálogo, breve por cierto, ocurrió en el hotel de Dallas en el que se alojaba el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos. Y se dio al término del partido en el que Argentina perdió 2 a 0 con Bulgaria por la fase de grupos, después del doping positivo por efedrina con el que el astro quedó afuera de su última competencia a nivel de selecciones.
Antes de ese encuentro, el equipo de Alfio Basile, gran candidato a quedarse con el título, había derrotado por 4 a 0 a Grecia (un gol de Maradona y tres de Batistuta) y 3 a 2 a Nigeria. Tenía abrochado el grupo, la clasificación y todo parecía un sueño, el último grande de Diego con la camiseta nacional.
Pero llegó la noticia del positivo de una sustancia prohibida y el plantel se fue al piso. “Me cortaron las piernas”, es la frase hecha bandera que Maradona dijo al mundo mientras sonaban los himnos del último cotejo por la fase de grupos, con él ya fuera del torneo.
Arcucci estaba en el mismo hotel mirando el partido por televisión y poco antes le había hecho el pedido de una camiseta de Maradona a su representante, Marcos Franchi, para tener de recuerdo. Después de ver el primer tiempo con los cronistas, el astro les pidió que se vayan porque prefería ver el complemento en soledad.
“Cuando terminó el partido, sonó el teléfono en mi habitación. Era Franchi, que me decía que Diego quería hablar conmigo. Subo a la habitación de Maradona, él estaba contra una ventana. Al entrar me mira y me pregunta si le había pedido una camiseta. Le contesté que sí pero que se quedara tranquilo. ‘No, no. ¿La querés todavía?’, me consultó. Y yo le dije la quiero más que antes”, contó el periodista.
En ese momento, Arcucci mostró en la pantalla de C5N la camiseta azul que Diego le regaló. Fue la que vistió el día que le metió el gol a Grecia, su último en un Mundial.
