
La justicia de La Matanza dio por terminada la instrucción del femicidio de María Dolores Juncos, la joven de 35 años que fue asesinada por su pareja, Ramón Hermes Acuña, de 78, que tras apuñalarla intentó suicidarse con un corte en el cuello.
Así, el funcionario a cargo de la investigación solicitó la prisión preventiva del acusado, además de la elevación a juicio de la causa bajo los cargos de homicidio agravado por el vínculo de pareja existente con la víctima y por haberse perpetrado contra una mujer por un hombre y mediare violencia de género.
La imputación no es otra cosa que femicidio, por lo que, de ser hallado culpable como todas las pruebas lo sindican, la pena en expectativa que le cabe es la de prisión perpetua.

“Era un hombre violento, que ejercía acoso sobre mi hermana y permanentemente le mentía”, contó a Primer Plano Online Karina, la hermana de la víctima fatal, que fue ultimada de once puñadas. La mujer contó, asimismo, que Acuña le había dicho a María Dolores que era dueño de una empresa y que la quería llevar a trabajar con él pero que necesitaba tiempo para refaccionar las oficinas y, por ejemplo, construirle un baño privado.
Incluso contó una anécdota que revela parte de la personalidad del femicida. “Ellos estaban juntos hacía cerca de un año y se conocieron a través de amigos. Lo que nos llamó la atención es que todos creíamos que tenía menos edad. Incluso para su cumpleaños se hizo poner el número 61 en las velitas de la torta”, reveló.
Actualmente, las tres hijas de Juncos están viviendo con su abuela, en Lomas de Zamora. Están juntas, unidas y contenidas, aunque la ausencia de mamá es algo que las va a marcar para siempre. El papá de las dos más chicas falleció hace cuatro años.
El femicidio de María Dolores ocurrió el pasado 15 de septiembre alrededor de las 11 cuando una empleada de limpieza que trabajaba en el inmueble de Acuña escuchó gritos y con la hija del hombre encontraron a la víctima fallecida en la cama. Allí, Acuña estaba tendido al costado del cuerpo, también con heridas de arma blanca en la garganta, por lo que llamaron al número de emergencias 911.
Efectivos de la comisaría de San Alberto oeste 4ta. arribaron al lugar de inmediato, aunque la mujer ya estaba muerta. En tanto, el asesino fue trasladado de urgencia al hospital Paroissien, donde quedó internado tras ser operado y, una vez recuperado, declaró ante el fiscal Duplaá, quien ordenó que continúe preso. Lo que dijo ante el funcionario judicial está bajo siete llaves.