Beatriz Flores, mamá de Nadia Arrieta, asesinada en su regalería de Villa Tesei, pudo entregarle en persona una remera con la imagen de su hija al presidente Alberto Fernández. Desde su profundo dolor tiende una mano diaria para ayudar a hombres y mujeres que se hunden en el infierno de la inseguridad.
Todas son frases hechas ante el dolor de una madre o de un padre que perdió un hijo. Ahí no hay expresión que valga, compensación que equilibre, cura que sane. Nada. El vacío eterno de quien ya no tiene a un ser amado a su lado no tiene forma de ser superado si no es con una gran resiliencia de parte de quien queda algo así como muerto en vida.
A lo largo de los años de trabajo periodístico en la región oeste, Primer Plano Online entrevistó a infinidad de familiares de víctimas, siempre quebrados por el dolor. No hubo un solo testimonio que busque venganza: en todos los casos, el concepto es justicia. “Que no haya otra familia que deba sufrir esto”, es el argumento central en el que basan sus luchas diarias.
Beatriz Flores es la mamá de Nadia Arrieta. Su hija fue brutalmente asesinada en un conmocionante femicidio ocurrido en la regalería que la joven atendía en Villa Tesei, sobre la calle Pedro Díaz 596. Fue el 1 de marzo de 2018 al mediodía. El criminal, que había recuperado la libertad hacía poco tiempo, fue Maximiliano Montiel, detenido a pocos días del hecho y condenado, un año y días después, a la pena de prisión perpetua.
La sentencia fue dictada por el Tribunal Oral Criminal Nº 4 de Morón, a cargo de los jueces Carlos Torti, Pedro Rodríguez y Marcos Lisa. Los magistrados aplicaron el máximo establecido en el Código Penal de la Provincia de Buenos Aires y el asesino deberá purgar un castigo de 50 años tras las rejas por ser considerado autor penalmente responsable del delito de homicidio doblemente agravado por femicidio y alevosía.
La lucha de Beatriz marcó un antes y un después en la reciente historia judicial, con múltiples reformas en el Código Penal vigente. El alegato del fiscal del juicio, Pablo Galarza, dejó sellado un precedente jurídico para la evaluación de casos como en que sufrió Nadia. “La figura del femicidio no se ve limitada a una relación de pareja o a un contexto íntimo y personal, ya que eso no es un requisito estipulado en ningún lado”, afirmó el fiscal.
Los jueces tomaron esa figura, que Galarza ahondó en su exposición para el pedido de condena. “Se considera femicidio cuando un varón mata a una mujer mediando violencia de género, por ejemplo, una agresión sexual que culmina con el crimen de una mujer a manos de un extraño. Es el caso de Nadia”, estimó el fiscal.
Ese cambio estructural para considerar a los femicidios también es fruto de una lucha nacida desde las entrañas de quien no tiene nada que perder en vida. El viernes pasado, Beatriz pudo entregarle en manos al presidente Alberto Fernández la remera con el rostro de su hija. “Es como dar una ayuda, y recibimos mucha gratificación de la gente”, contó en conversación con Adrián Noriega en la emisión semanal del programa periodístico Primer Plano.
En este recorrido, con Nadia en su alma siempre presente, la mujer se sumó a colaborar con quien necesite contención y asesoramiento. Y explicó por qué lo hace. “La gente ni siquiera sabe a dónde recurrir, a mí me pasó. Por suerte, en la parte judicial pude llegar a un juicio justo. Y es lo que queremos: que todos puedan llegar a tenerlo”, cerró.
