
La solidaridad como valor esencial de los argentinos se demuestra y puede apreciarse en situaciones de catástrofe o extrema vulnerabilidad. Pero desde hace algunos años, María Laura Companys y Fernanda Supzeszyn también lograron contagiar a vecinos de la zona oeste con movidas de corto plazo y consiguieron encender la llama que todos tenemos adentro, sólo que a veces necesitamos encontrar motivación para prenderla.
El Proyecto Mochi 2018 tuvo el desafío de igualar al del año pasado, como mínimo. Es que la campaña para que a ningún pibe le falten los elementos escolares mínimos e indispensables para comenzar el ciclo lectivo prendió en la gente de una manera impactante en 2017 y había que alcanzar aquel logro de más de ocho mil mochilas completas distribuidas. Pero como todo lo que se anhela y se persigue ya forma parte del objetivo en sí, entonces el efecto multiplicador a través de las redes sociales fue tal que la conquista, extenuante por cierto, se consiguió.

“Estamos inmensamente agradecidas por la confianza”, resumieron a Primer Plano On Line las ideólogas de la campaña, que en algunos días más publicarán la síntesis, con números redondos, de la cantidad final de mochilas entregadas, alimentos, artículos de higiene personal, artículos de limpieza, guardapolvos, libros manuales y enciclopedias y lugares y entidades que fueron destinatarias.
“Estuvimos bastante más organizadas que el año pasado. Pero fue igual impresionante ver la cantidad de gente que se acercó y nos dejó las mochilas para entregar a casi 50 entre hogares, comedores y merenderos del Gran Buenos Aires, Misiones, Chaco, Corrientes, Entre Ríos y Mendoza”, graficaron Companys y Supzeszyn, que pasaron un día agotador en cantidad de horas y de gente a la que recibieron en el club Les Quatre Barres, de Castelar. La tarea no finalizó ayer, ya que hoy tienen que entregar alrededor de 800 mochilas. Pero, afortunadamente para la causa, “mucha gente nos aportó vehículos y pudimos organizar la logística de otra manera”, contaron.
La jornada de sábado tuvo aristas de color entre el desfile incesante de entregadores compulsivos de los útiles escolares: fue la presencia de las divertidas payamédicas del centro de rehabilitación San Juan de Dios, de Ituzaingó, que se robaron las sonrisas de los asistentes, y hasta un fotógrafo profesional, cuya labor profesional fue abonada por un vecino para retratar la marea solidaria.
Nobleza obliga, tema resuelto! Muchas gracias Maria Laura!
Es excelente el trabajo que han hecho, soy vecino del lugar del encuentro y fue muy emocionante ver como cargaban los vehículos con todas las mochilas!
Lástima que en el proceso, alguien (seguramente sin querer) rayó toda la camioneta de mi hijo que estaba estacionada en el lugar, y tras hablar con Maria Laura y explicarle la situación, quedamos en que hoy domingo pasaba por el barrio y me contactaba, pero no pasó ni me respondió mas los mensajes, y hasta el momento NADIE se ha hecho cargo de este daño… Espero y tengo la esperanza que quien hizo esto recapacite y que alguien se ponga en contacto conmigo, ya que se nota son todas gentes muy solidarias y mi hijo no tiene por qué hacerse cargo del daño que le produjeron a su vehículo… Gracias!