
La justicia de Garantías de Morón dictó la prisión preventiva de Edmundo García Vargas, el cabo de la Policía Federal que fue detenido el pasado 29 de agosto por la denuncia de haber acosado, por redes sociales, a una nena de once años haciéndose pasar por su hijo, que era contacto de la menor.
La decisión de que siga preso hasta el juicio fue tomada luego del pedido realizado por la fiscal Marisa Monti, de la UFI Nº 5 de Morón, dependencia especializada en este tipo de delitos. El sujeto está acusado de captación de una menor por medio de comunicaciones electrónicas con el propósito de producir fotografías de sus partes genitales con fines predominantemente sexuales y corrupción de menores agravada por tratarse, la víctima, de una persona de apenas once años de vida.

Según pudo saber Primer Plano Online con fuentes de la investigación, más allá de las gravísimas características de los hechos atribuidos, el pedido de que siga preso responde a que el imputado era personal policial y “utilizó el nombre y la imagen de su propio hijo para contactarse con la niña”.
Una vez que ganó su confianza, “abusó de su cariño, de su inocencia y de su inmadurez sexual y la llevó a producir imágenes de pornografía”, definió la fuente consultada. Un verdadero espanto desde el punto de vista humano, más allá de lo legal. Es más: en el teléfono desde el cual se conectó con la niña, que fue secuestrado en el allanamiento a su vivienda, “se encontraron elementos de prueba muy contundentes” para la causa.
Los investigadores también probaron que el imputado “se encontró con la niña y hasta le entregó un presente”. El caso es realmente llamativo y causa estupor en el personal especializado que está abocado a intentar esclarecer lo ocurrido luego de la desesperada denuncia hecha por la mamá de la víctima. Por estos elementos, García Vargas seguirá preso.