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jueves, marzo 28, 2024
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VIDEO Otra vez motochorros en Ramos Mejía: le rompieron el vidrio del auto para robarle el celular

Otro violento ataque de motochorros en Ramos Mejía. Una joven estudiante de 22 años fue sorprendida por dos delincuentes cuando llegaba a su casa de Avellaneda al 300, quienes le rompieron el vidrio derecho delantero de su auto. Semejante ataque delictivo, con medio cuerpo de un ladrón adentro del vehículo de la joven, para robarle solamente el celular.

El hecho ocurrió ayer viernes a las 17.30. “Yo lo veía al tipo seguirme y no crucé en las vías de Necochea, seguí de largo. Y ahí es como que empezó a disimular un poco. No encontró la oportunidad de romperme el vidrio hasta que yo subí a la vereda”, contó Agustina en conversación telefónica con Primer Plano Online.

La joven había salido de la casa de los abuelos, en Villa Sarmiento, partido de Morón, y ella percibió que, como a las cinco cuadras del trayecto, la moto la empezó a seguir cuando los delincuentes la vieron mandando un mensaje con el celular. “No reaccioné en ir a la comisaría. Los perdí en el camino y cuando llegué me aparecieron de la nada”, lamentó.

Lo único que le robaron a la chica fue el teléfono. Incluso ella llegó a su departamento hablando por el celular, con lo cual estaba en línea. Mucha similitud con el recordado y triste caso de María Rosa Daglio. La violenta escena para Agustina se completó con el motochorro nervioso con el torso dentro de su auto reclamándole que le entregue el aparato.

Organizan una marcha en Ramos Mejía por la mujer que murió tras el intento de asalto del motochorro

“Cuando se le cayó entre los asientos se puso muy violento, y ahí es cuando yo salgo corriendo. Si alguien me hubiese ayudado el tipo se tendría que haber ido, no hubiera tenido tiempo. Pero todos miraron para otro lado”, expresó Agustina. Después de que los ladrones se fueron ahí sí se le acercó la gente de la cuadra, pero ya era tarde. La joven todavía no sabe cómo no se lastimó con ninguna astilla.

Y reflexiona para cerrar: «de sólo pensar lo que me pasó me da mucho miedo. No me dan ganas de nada. Y particularmente me hace daño pensar en cómo el tipo me seguía». 

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